terça-feira, 2 de outubro de 2012

De Amores y Odios

Como toda teoría, las que hemos estado estudiando en el curso sobre organizaciones se enmarcan en lo que podríamos considerar ideal, especialmente la que denominamos "Calidad Total". Con mucha frecuencia, a lo largo de mi vida, me he preguntado hasta qué punto unos seres efímeros, como los humanos, podemos atrevernos a hacer uso de términos absolutos como siempre, nunca, nada y todo. Pensando en que este último da origen, a su vez, al concepto de totalidad, la Calidad Total se me antoja bastante parecida a la Felicidad; pues requieren de un trabajo permanente, cuyo resultado ideal difícilmente se alcanza.

Por lo anterior, si tuviera que decir si amo o si odio el concepto de Calidad Total, creo que me inclinaría por amarlo. Como sea, los humanos nos enamoramos de los conceptos ideales, al punto que hay quienes han dado la vida por ellos; pero eso es harina de otro costal.

El punto, es que considero que la idea de la Calidad Total es la que mueve la intención de cambio, lo que sería su principal virtud; sin embargo, es también su peor defecto pues encierra en si misma un toque de utopía.

Por su parte las teorías de Re-ingeniería y Benchmarking, en ese orden de ideas, se ven limitadas a la condición de meras herramientas al servicio de un fin mayor. A mi manera de ver, eso es lo odioso de estas últimas; si no se enmarcan en un concepto no tienen término en si mismas.

Sin embargo, esa situación a mi parecer, las hace irónicamente dignas de ser amadas. Me explico; más allá de lo costoso que pueda resultar el Benchmarking o de lo complejo de la Re-ingeniería  dejando a un lado los riesgos implícitos al reinventar los procesos o lo tedioso de tener que lidiar con la superioridad de la competencia; sin reparar en la resistencia al cambio por parte del personal o que este deba ser especializado en el arte de comparar o tema ser desplazado por la tecnología; las tres estrategias resultan ser consecuentes dentro de un proceso de superación del espíritu humano reflejado en la organización.

Puede sonar filosófico, pero creo que a la humanidad le está haciendo falta volver un poco sobre sus propias teorías para transformar a la sociedad: compararse para competir, cambiar para mejorar y aspirar a la excelencia aunque no la llegue a vivir.




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